DR.ª SANDRA BÉRÉNICE BADILLO C.
La vida no se arregla, se aspira a comprender
terapia existencial | ASESORÍA terapéutica | ORIENTACIÓN EN 5LB
Qué hago por ti
Ofrezco intimidad, refugio y profunda exploración de tu historia, conflictos o dilemas cuando nadie se anima a intentar comprenderte o cuando los intentos de ayudarte te generan más incomodidad que bienestar.
No creo en el crecimiento de las personas. Crecer está bien para las plantas.
Yo te ayudo a mejorar la visión de ti y tu mundo a través de experimentar una relación terapéutica personalísima.
Vitrina de mis escritos
PRÓXIMAMENTE
Soy Sandra Bérénice
y te doy la
bienvenida
En mí conviven la terapia y la filosofía existencial, las 5 leyes biológicas, la literatura, la adoración por los animales y hasta el trabajo novato de jardinería.
No solo co-creo relaciones terapéuticas, también tiro letras bajo estas tintas y otras tantas más.
“Pero además lo íntimo está asociado a lo secreto, pues es lo más escondido, es lo íntimo de lo íntimo, como la piedra filosofal o el elixir de la vida”
— J.M. Esquirol
Servicios
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Terapia Existencial
Encuentro semanal para explorar desde el interior de nuestra relación terapéutica, los conflictos, dilemas o dificultades que experimentas en tu día a día.
Seré tu compañera de viaje, no la “experta” que sabe lo que te conviene hacer.
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Asesoría Terapéutica Existencial
Alternativa flexible a la terapia semanal. Nos vemos una sola ocasión o cada vez que lo necesites.
Nuestro diálogo girará sobre un solo tema puntual.
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Orientación en 5 Leyes Biológicas
Sesión(es) orientativa dirigida a informar, explorar y/o analizar cualquier síntoma mental / orgánico bajo los hallazgos verificados de las 5 Leyes Biológicas.
PRÓXIMAMENTE
Boletín Ideocrónico.
Por aquí armo ideas, teorías e hipótesis referentes a la vida. Si quieres leerlas, compárteme tus datos en el formulario adjunto, y en cuanto de por inicio mi mensajería de cartas, tú los recibirás en tu correo.
El problema de la empatía tiene origen en los inicios del siglo XX con Edith Stein. Ella es quien me enseñó que decir “siento lo que sientes”, o peor aún, “me pongo en tus zapatos” no es terapéutico ni deseable en las relaciones humanas.